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La historia del hebreo ¿cómo nació y cómo se conservó? (Primera parte)


Sinagoga Hohe en Praga

El hebreo es un caso especial y extraordinario en la historia de todos los idiomas: sus raíces en la época en que se inventó la escritura aún están frescas, y está vivo y coleando, incluso en el siglo XXI. ¿Cómo pudo el hebreo sobrevivir a tres mil años, y qué influencias recibió?

No hace mucho tiempo, me invitaron a dar una conferencia en ambos eventos en Jerusalén. La primera conferencia fue a la mañana y la segunda por la noche, por lo que en el medio tenía algo de tiempo libre. Aproveché la oportunidad y fui a visitar el Museo de Israel, en especial la División de Arqueología. Fue una gran experiencia, y cada aficionado a la historia como yo puede perderse allí durante días.

Una de mis experiencias más memorables fue visitar la Sala de Arqueología, que muestra lápidas judías de la época de Jesús. A pesar de que nos separan de ellas dos mil años, podía leer y entender lo que está escrito en las tumbas: los nombres y los lugares están escritos en hebreo de ortografía arcaica y obsoleta y es a veces un poco diferente de lo que conocemos hoy en día. Sin embargo, me fue posible decodificar el contenido de las piedras sepulcrales sin esfuerzo.

El hecho de que yo era capaz de leer las inscripciones de las lápidas me conectó, emocionalmente, a los anónimos que las escribieron hace dos mil años. El idioma es un "puente" entre yo y mis antepasados, y la lectura de las lápidas se convirtió en una experiencia mucho más interesante que cientos de otras reliquias antiguas que se muestran en el museo - escritas en latín, griego o árabe. Esta experiencia me recordó lo mucho que realmente estamos conectados al hebreo antiguo, y lo fascinante y sorprendente es que lo hablemos hoy en día, miles de años después.

Las raíces de la lengua hebrea están en Mesopotamia, la región en la que se encuentran hoy en día Irán e Irak, donde vivían los sumerios y en donde se inventó la escritura. Su escritura consistía en pinturas y dibujos que representan objetos gráficos en el mundo real: si se quería escribir “toro”, se pintaba un toro. Incluso los jeroglíficos inventados por los antiguos egipcios, no mucho después de los sumerios, se basan en este principio.

La escritura pictórica tenía dos desventajas significativas. La primera es el gran número de dibujos y símbolos que debía aprenderse para leerlos. Con el tiempo, los sumerios intentaron simplificarla, pero aún había cientos de marcas y formas. El segundo inconveniente era la unificación de la imagen con el sonido que representa, supongamos que la T de toro representaba un toro, pero eso no podía suceder cada vez que una palabra cualquiera contuviese la letra T.

Alfabeto cananeo

Alfabeto cananeo

El siguiente paso en el desarrollo de la escritura se llevó a cabo en nuestra región - en Canaán o en el Sinaí - alrededor del año 1500 AC. Una persona, de la cual nunca sabremos si era de la elite educada o un esclavo ignorante, decidió simplificar los complejos jeroglíficos egipcios y refinar solamente veintidós letras. Cada letra en el antiguo alfabeto cananeo representaba un sonido consonante como Shin, Resh, Tsadi, etc. Una palabra era una colección de consonantes: por ejemplo Shor (toro), contenía la “Shin” y la “Resh”.

La brillante simplicidad de la antigua escritura cananea atrajo a muchos, especialmente los fenicios. Los fenicios vivían en un área que es ahora el Líbano y eran una nación de navegantes: comerciaban con casi todas las naciones vecinas. La escritura simple y eficaz era útil para la documentación de las transacciones de venta, y fenicios la adoptaron rápidamente, con algunos cambios, alrededor del año 1300 AC. Con la ayuda de los fenicios se extendió el alfabeto cananeo en todo el Oriente Medio y fue la base para muchos tipos de escritura que conocemos hoy día, sea la del inglés, el ruso o el indio.

La escritura fenicia fue adoptada por varias pequeñas tribus asentadas en Canaán alrededor de mil años antes de Cristo: el pueblo de Israel.

Alfabeto fenicio:

El fenicio en Israel se ha convertido en un dialecto local llamado "lengua de Canaán" o "judío", y hoy en día es conocido como hebreo primitivo o bíblico. Las raíces fenicias pueden detectarse fácilmente en nuestro hebreo moderno. En ambos casos, los veintidós letras representan las mismas consonantes, y las palabras están formadas por diferentes combinaciones de la misma raíz de consonantes - por ejemplo כתב - katav "escribió," - מכתבmijtav “carta", - כתיבהktivá “escritura" y así sucesivamente. Cientos de palabras hebreas son tomadas del fenicio como “rosh” (cabeza), “av” (padre), “shamaim” (cielos), “yad” (mano), “mizbéaj” (altar) y demás.

Incluso la forma de las letras hebreas bíblicas era muy similar a la forma de las letras en el fenicio, y se basó en una pintura abstracta de un objeto con el mismo sonido. Por ejemplo, la letraמ -mem- y sus líneas de zigzag recuerda a las ondas de agua, y la letra ד -dalet, que tenía una forma más triangular- recuerda la puerta triangular de una tienda de campaña. Por cierto, inicialmente no había una escritura en dirección fija: se podía escribir fenicio o hebreo de derecha a izquierda, y cuando terminaba la línea de la oración muchos la continuaban de izquierda a derecha - un método conocido como "escritura arado de buey”, ya que es una reminiscencia de un campo arado. Más tarde se fijó la dirección de la escritura de derecha a izquierda, probablemente debido a que la mano derecha es por lo general la mano más fuerte, consideración más importante cuando se trataba de escribir sobre piedra. Sólo siglos después, cuando se comenzó a escribir con tinta en hojas de papel, cambió la dirección de la escritura en algunos idiomas: la escritura de izquierda a derecha con la mano derecha permite que la tinta fresca se seque en el papel.

Los asirios, los babilonios y los samaritanos

Durante cuatro siglos hablaron y escribieron los hijos de Israel en hebreo bíblico - sino fuera porque una serie de crisis políticas en el Medio Oriente y una serie de malas decisiones políticas de los reyes de Israel han amenazado con aniquilar la lengua.

Hebreo antiguo - Hebreo samaritano

Hebreo samaritano

En el siglo IX antes de Cristo se dividió el reino de Israel de Saúl, David y Salomón en dos reinos más pequeños, reino de Israel en el norte, cuya capital era la ciudad de Samaria (Shomrón), y el Reino de Judá (Yehudá) en el sur, con capital en Jerusalén. Los pequeños reinos se encontraban en la intersección de las principales rutas de comercio en gran medida entre África y Asia, y en la interfaz entre dos imperios masivos: Asiria y Egipto. Los asirios y egipcios codiciaban mucho el control de las rutas comerciales, lo que convertía a la Tierra de Israel - ¡sí, también, hace tres mil años! – en un foco de fricción incesante y guerras regionales.

En el siglo VIII antes de Cristo el reino del norte de Israel era un protectorado de Asiria, y le pagaba sus impuestos. En el 725 aC, decidió Oseas, rey de Israel, cesar de pagar los altos impuestos a Asiria y conectarse con el lado egipcio. Oseas esperaba que los egipcios lo ayuden y lo protejan de la ira de Asiria, pero pronto se descubrió que apostó por el caballo equivocado. Los asirios sitiaron a Samaria, y después de tres años capturaron la ciudad.

El castigo por la rebelión fue grave. Produjo el exilio de unos veintisiete mil judíos de la tierra de Israel y los dispersó sobre el vasto imperio. El exilio no se hizo al azar: los deportados eran miembros de las clases educadas y gente rica. El exilio enfocado estaba diseñado para permitir a los pobres y a la población rural seguir cultivando la tierra y así preservar el potencial económico de la zona ocupada, para evitar cualquier posibilidad de una futura rebelión de los estratos aristocráticos.

Asiria tuvo un efecto devastador en el idioma hebreo, porque las clases educadas también eran las que sabían, naturalmente, leer y escribir. Los exiliados dispersos por todo el mundo, dejaron de hablar hebreo, se asimilaron y desaparecieron entre las naciones: estos son los hijos de las “diez tribus perdidas”, cuyos remanentes se encuentran en forma de comunidades proto judías antiguas en lugares remotos de todo el mundo.

Cien años más tarde, el imperio asirio se vino abajo y fue sustituido por los babilonios, que volvieron a tener poder y también tenían sus propias ambiciones imperiales. En 605 aC, los babilonios vencieron a los egipcios en la batalla, y protegieron al reino sureño de Judea. Joakim, rey de Judea, trató de rebelarse contra la ocupación, pero fracasó, y en respuesta los babilonios habían exiliado diez mil judíos a Babilonia.

En el 588 aC estalló una revuelta más en Judea, y esta vez la reacción de Babilonia duele aún más. Al final de un largo asedio a Jerusalén, los babilonios rompieron las paredes y ocuparon la capital del reino de Judea. La ciudad fue destruida casi hasta el suelo, y el templo construido por Salomón fue destruido y saqueado. Otros mil líderes y aristócratas judíos fueron exiliados a Babilonia. La destrucción del primer templo y el exilio de Babilonia, marcó el final de un estado judío independiente en Israel. Casi todos los que sabían leer y escribir hebreo fueron exiliados.

Pero hubo quienes mantuvieron la llama del hebreo bíblico en Israel. En el Tanaj se dice que cuando los asirios destruyeron el Reino de Israel, trajeron en su lugar nuevos residentes que también ellos fueron exiliados de sus países. Los recién llegados se establecieron en Samaria, de ahí el nombre “samaritanos”. Los samaritanos han abrazado el judaísmo, la religión de los locales, y adoptaron la Biblia y el hebreo antiguo. La tradición samaritana en cambio cuenta una historia diferente de sí misma: de acuerdo con su versión, los samaritanos eran judíos desde siempre, desde los días del desierto, y sólo más tarde se produjo un pueblo dividido y formaron dos denominaciones judías.

Un hecho es indiscutible: los samaritanos continuaron escribiendo y hablando el hebreo de la Biblia después de la destrucción del Primer y Segundo Templo. De hecho, los samaritanos se consideran como la tradición y la cultura del judaísmo original y en su opinión, el origen de su nombre “shomronim” (samaritanos) viene de “shumarim”, (sumerios). Sus textos sagrados están escritos en hebreo bíblico y el samaritano si bien es un desarrollo más moderno de la antigua escritura hebrea, mantiene el mismo estilo y diseño.

En la segunda parte, el artículo trata de la escritura del arameo, el hebreo medieval y el hebreo moderno. Será publicada la semana que viene

Fuente: web de Ran Levi

 

 

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