¿La retirada de EEUU de Siria abrirá la puerta a Irán?
La retirada de las tropas americanas podría ser tomada como una oportunidad que de luz verde para que Irán continúe operando sin obstáculos en la región. Pero la intención es concentrar los recursos para aumentar la presión sobre los dirigentes en Teherán.
Pasaron casi 10 años del discurso doctrinal pronunciado en la Universidad de El Cairo, por el ex Presidente de los Estados Unidos Barack Obama donde pidió comenzar un diálogo más conciliador en las relaciones de los países occidentales con el mundo islámico, y donde se disculpó por el papel que desempeñó el presidente Eisenhower en el golpe militar del 1953 que expulsó del poder al primer ministro iraní, Mohammed Mossadegh. Hoy podemos ver como este tipo de actitudes diplomáticas centradas, o mejor dicho basadas en los valores de autocrítica moral o de no intervención del mundo moderno occidental, no juegan a su favor. Al contrario, cuando Occidente estaba guiado por esta doctrina, que es interpretada en la región como expresión de debilidad, los países islámicos radicales aprovecharon para expandir su nefasta ideología la cual ya desde principios del siglo 21 comenzó a afectar a la comunidad occidental a través de actos terroristas.
Aunque a muchos les cueste aceptar, en Medio Oriente no hay diferencia entre influir a través de un golpe militar o promover facciones moderadas para cambiar un gobierno. Del mismo modo que los intentos de influir a través de golpes militares fueron barridos por la Revolución Islámica en 1979, las esperanzas de Obama de empujar a Irán en un camino de moderación han provocado el reforzamiento del comportamiento rebelde y violento de parte del régimen teocrático iraní.
El gobierno del presidente Trump ha regresado a la Universidad de El Cairo con otro discurso, al que debemos estar atentos.
Hay un nuevo mensaje en su administración, y muy diferente al de su antecesor. De hecho, el discurso de El Cairo, pronunciado por el secretario de Estado Mike Pompeu el 10 de enero, estuvo a nuestro parecer a años luz de la confesión pública que Obama presentó sobre los pecados pasados de Estados Unidos, y reflejó con precisión la conmoción en el pensamiento estadounidense de los dos años desde que Trump subió al poder. No solo el mensaje que vino de Pompeu fue decisivo e intransigente, sino que también contiene noticias alentadoras para el campo sunita moderado en toda la región, así como para el aliado israelí.
El mensaje enfatiza el compromiso estadounidense de no abandonar el Medio Oriente por completo como parte del enfoque global que tiene la administración de Trump. Aunque la Doctrina Eisenhower, que legitimó el envío de tropas terrestres estadounidenses a esta área parecía haber expirado, el Secretario de Estado en El Cairo eligió reflejar justamente una estrategia agresiva basada en la disuasión y la aplicación en casos extremos de la opción militar para combatir al representante más peligroso del eje del mal, Irán.
Todo el equipo del Presidente, incluido Pompeu, están insinuando que su conducta frente a las amenazas directas a la seguridad de los Estados Unidos también tendrán una dura y severa respuesta militar si es necesario como lo demuestra la solicitud del Asesor de Seguridad Nacional John Bolton, en la cual pide al Pentágono preparar opciones militares en caso de una posible acción contra Irán, al margen de las severas sanciones económicas impuestas al país chiíta.
Podemos concluir que la retirada de Siria (que ya estaba en marcha) no fue una luz verde para que Teherán continúe su acción imperialista en la región. Por el contrario, bien podría ser la oportunidad que tanto los Estados Unidos como sus socios regionales están esperando para reaccionar contra el régimen de Teherán, que sigue siendo un foco de terrorismo y desestabilización. Una acción estratégica con el eje sunita moderado, por lo tanto, ayudará a enfrentar a Irán, ya que este podría convertirse ahora en una amenaza específica y bien definida.
