America First o cómo Donald Trump está cambiando el mundo
Hace ya una semana que Donald Trump sostiene el título de Presidente de los Estados Unidos, y ya ha empezado a implementar los cambios de los cuales había hablado en su campaña electoral. Los últimos movimientos de Barack Obama como presidente -liberar a cuantos más prisioneros posibles de Guantánamo, entregar millones de dólares a la Autoridad Palestina- han sido seguidos por las controversiales zancadas de Trump: intentar legalizar la tortura (técnicas como el waterboarding, la simulación de ahogo) y transferir la embajada americana desde Tel Aviv a Jerusalén, un movimiento que, según Mahmud Abbas, “les abriría las puertas del infierno”. La cancelación del plan sanitario Obamacare fue el primer paso del nuevo presidente, dejando así a millones de americanos sin servicio sanitario alguno y ante el riesgo de ser excluidos de un derecho que es considerado básico e irrevocable en otros países.
Pero las reformas de Trump tienen y tendrán efectos devastadores en su propia sociedad, la americana. En el Departamento de Estado ya ha habido dimisiones que podrían conllevar importantes consecuencias en el Estado, y probablemente, también represalias por parte de Trump, quien no ralentiza sus ofensivas sea cual sea el resultado. El infame muro con México, por el cual el presidente mexicano Peña Nieto alegó que no pagaría, debería, según Trump, ser erigido por Estados Unidos y ser pagado por México, mas tras la negación de Peña Nieto, Trump está considerando subir las tasas de importes mexicanos un 20% para que así el muro pueda ser financiado.
Sin embargo, quienes sufrirán un cambio radical en un futuro inmediato serán los inmigrantes: Trump ha empezado a denegar y cancelar visados pendientes de aprobación o ya aprobados de musulmanes, especialmente aquellos provenientes de países considerados “potencialmente terroristas”, entre ellos Iraq, Irán, Libia, Sudán, Somalia, Yemen y Siria, entre otros. La deportación de familias enteras que ya se encuentran en Estados Unidos se considera inminente. Por desgracia, tras el día internacional de la memoria del Holocausto, muchos judíos del mundo recuerdan cómo Estados Unidos cerró sus puertas a judíos europeos huyendo del nazismo: la historia se repite. Trump, además de prohibir la entrada a musulmanes de diferentes países, de deportar a familias enteras y de crear un registro de musulmanes asentados en Estados Unidos, tiene la intención de crear un documento en el cual se expondrán supuestos crímenes llevados a cabo por musulmanes viviendo en Estados Unidos. Ésta técnica fue perpetuada en Alemania por Adolf Hitler, siendo las víctimas acusadas de crímenes judíos de nacionalidad alemana.
Las llamadas de Trump han tenido su eco en la Europa de las naciones: esta pasada semana, grupos de extrema derecha con sus respectivos representantes -entre ellos Marine LePen y Geert Wilders- organizaron un encuentro amistoso en la pequeña ciudad alemana de Koblenz, para mostrar su rechazo a la Unión Europea y, concretamente, a Angela Merkel por su política para con los refugiados. La británica Teresa May y Frauke Petry (del partido Alternativa para Alemania) han sido ambas bastante directas en sus declaraciones de intenciones para la Unión Europea y han mostrado directamente su apoyo al nuevo gobierno de Trump. Debido al populismo y a la mala gestión social de la ola de refugiados, Europa se está convirtiendo en un criadero de partidos de extrema derecha -racista, xenófoba y tremendamente nacionalista- que aplauden efusivamente a Trump. La Rusia de Vladimir Putin, a lo lejos, aplaude a su homónimo americano y espera una etapa de oro: ya ha empezado a aplicar cambios tales como la no-imputación por la violencia doméstica contra mujeres y niños.
Tras una semana de gobierno, Donald Trump ha llevado a cabo reformas que causarán efectos devastadores tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo; vetando la inmigración siria a Estados Unidos y haciendo temblar a la Unión Europea, no colabora con el diálogo para solucionar los problemas que asedian al mundo, sino que con su política de America First pone en riesgo los lazos que unen a los países del mundo para seguir adelante en un mundo de dificultades económicas y conflictos políticos. Sin embargo, ¿a qué América alega Trump cuando dice America First? La represión de la ley del aborto y la supresión del Obamacare afectarán a sus propios ciudadanos americanos. Probablemente estemos entrando en una época en la cual el color de piel, el género y la clase social, y no la nacionalidad, garanticen a alguien derechos humanos o le cierren las puertas a un futuro mejor. La primera semana del gobierno Trump ha estado plagada de manifestaciones multitudinarias y protestas tanto de dirigentes como de ciudadanos. Cabe cuestionarse si Trump puede contra el mundo, o el mundo puede contra Trump.
*Licenciada en Estudios de Oriente Medio y licenciada en Árabe e Islam, especialista en resolución de conflictos, contraterrorrismo, ley criminal internacional y conflictos constitucionales del mundo islámico.