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El Futuro de la Ciudad de Al-Bab

La dinámica del teatro sirio es simple: múltiples fuerzas que interactúan en una guerra por posiciones, en la cual la captura o pérdida de determinada ciudad favorece o perjudica la estrategia militar en contra de enemigo del futuro. En medio de esta competencia directa se encuentra la ciudad de al-Bab (actualmente bajo el control del Estado Islámico): las fuerzas leales a Bashar al-Assad ubicadas a 10 km al sur, las milicias kurdas – PYD y SDF – 20 km al este y oeste y la Fuerza Conjunta Turquía-Oposición Siria 30 km al norte. Para el Estado Islámico, al-Bab representa la última gran ciudad bajo su control en la provincia de Alepo y una importante fuente de reclutadas, pero estratégicamente la ciudad no tienen valor (ante las últimas y múltiples ofensivas en su contra, el Estado Islámico está replegándose a Raqqa y el Valle del Éufrates, así como preparase para la defensa de Mosul, Irak). Los actores sobre el terreno más cercanos a la ciudad de al-Bab son las fuerzas leales a Bashar al-Assad; éstas tienen la capacidad militar para expulsar al Estado Islámico de la ciudad, pero no tienen la voluntad de hacerlo: avanzar hacia al-Bab sobre-extendería los compromisos militares del régimen sirio y reduciría el efecto de su ofensiva militar en contra de la oposición siria en Alepo (un objetivo militar estratégico).

Sin embargo, si es de interés del régimen sirio “gestionar” la captura de la ciudad por parte de otro actor sobre el terreno. La intervención de Turquía en el teatro de guerra sirio impulsó la expansión del control territorial de la oposición siria, y los territorios “liberados” por la Fuerza Conjunta se convierten en santuarios seguros y zonas de no-vuelo para la oposición siria (el avance de la Fuerza Conjunta no sería posible sin el apoyo aéreo de la Coalición Internacional liderada por EUA). Si bien es cierto que la expansión territorial ha sido lenta y pequeña, también ha sido constante y será prometedora a mediano plazo. Evidentemente, si la Fuerza Conjunta toma el control de al-Bab no sólo expandiría ese santuario seguro y tácita zona de no-vuelo, sino lo haría a escasos 10 km de las posiciones militares del régimen sirio. Para anular el efecto negativo sobre sus operaciones militares sobre el terreno, el régimen sirio podría incentivar a un avance de las fuerzas kurdas desde Afrin y Manjib (más probable desde el oeste, aunque también requieren la movilización desde el este para que la estrategia funcione) y crear una red de seguridad que funcione como punto de contención ante los avances de la Fuerza Conjunta (dinámica similar a la del avance kurdo al norte de Alepo cuando cortaron la línea de abastecimiento entre Azaz y Alepo). Finalmente, incluso la captura de la ciudad por parte de las milicias kurdas sería una amenaza para la posición militar del régimen sirio y, ante todo, para los actores regionales interesados en evitar una mayor expansión territorial de los kurdos.

*Licenciado en Ciencias Políticas y Maestro en Relaciones Internacionales.

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