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El Humus y su biografía multicultural


¿Cuál es el común denominador de los habitantes de la tierra de Israel? Desde religiosos a seculares; de recién nacidos a ancianos; de procedencia ashkenazí o sefaradí; vegetarianos, veganos, intolerantes a la lactosa o al gluten; palestinos, drusos, bahaí, judíos o cristianos; kibutzianos o miembros de la agitada capital; de ricos a pobres; heterosexuales, bisexuales o homosexuales; feministas o chovinistas; de soldados a civiles, todos comparten una sola cosa: el amor por el Humus.

A decir verdad, junto con Siria y Líbano, Israel es el país con el mayor consumo de Humus en el mundo y, además, el plato es calificado como el producto consumido más transversalmente en la sociedad. ¿Cómo llegó a adquirir esa popularidad?

Los expertos señalan que los garbanzos, el ingrediente principal del plato en cuestión, es uno de los alimentos más conocidos en la región. De acuerdo a recientes excavaciones arqueológicas, los habitantes del Oriente próximo cultivaron y consumieron garbanzos hechos puré hace más de 10 mil años, incluso antes que el trigo se volviera un producto doméstico. Sin embargo, el Humus, tal y como lo conocemos hoy en día, con tahina, aceite de oliva y especies, dio su debut en lo que fue la gran región Siria (hoy en día Siria, Líbano, Jordania, Israel y Egipto).

Considerando las raíces árabes de su consumo, resulta interesante tratar de entender cómo llegó a ser el plato bandera de Israel y el preferido por sus integrantes. La Dr. Dafna Hirsch, quien escribió una serie de artículos académicos sobre el consumo de Humus en Israel en la población judía, sostuvo que: "antes de la independencia del Estado de Israel, los judíos de origen ashkenazi consumían Humus con dificultad".

Y es que, hasta antes de la Segunda Guerra Mundial, los hábitos de alimentación judíos eran bastante esporádicos. No obstante, bajo el Mandato Británico en 1939 y su política de racionamiento, la comida se volvió un elemento central. Es en ese contexto que nutricionistas de la WIZO y Hadassa, mayormente inmigrantes de Europa y Norteamérica, dieron la autorización de adoptar platos del mundo árabe pues consideraron que, a pesar de ser deficientes en algunos aspectos, eran lo más preciso en tiempos de emergencia pues sus ingredientes eran lo más barato, nutritivo y lo que más se ajustaba a las condiciones de la tierra.

Posteriormente, en los años 1950, el humus se puso de moda. Era posible encontrarlo en reuniones sociales lideradas por jóvenes bohemios. Además, su producción empezó a incrementarse debido a sus nutrientes y a su precio (calificado como ideal reemplazo a la carne en tiempos de austeridad). Para 1958 la empresa Telma ya había logrado industrializar el producto y distribuirlo de forma masiva bajo el discurso de plato nacional. Después de la Guerra de 1967, la fama del buen Humus, artesanal y verdadero volvió, y por tanto, Gaza y Cisjordania se convirtieron en destinos culinarios frecuentes. Fue solo entre 1980 a 1990 que el interés por sofisticación culinaria llegó a Israel y el Humus tomó la primera fila de interés por los grandes Chefs, quienes se fijaron en las distintas texturas, orígenes geográficos de sus variedades y dieron el crédito que el mejor y más auténtico Humus es efectivamente hecho por los vecinos árabes.

Justamente el Humus ha sido el responsable de crear espacios de influencia mutua y colaboración entre los pueblos. Shuki Galili, autor del Blog ‘’Hummus for the Masses’’ elabora sobre este punto: ‘’el encuentro entre judíos y árabes en los lugares de Humus palestino dio la oportunidad de que el producto absorba diferentes influencias’’. Por ejemplo, hoy en día es muy común encontrar elementos adicionales como el huevo dentro del plato que ciertamente viene de influencia judía.

A raíz de estos puntos de encuentro y socialización, el Humus ha logrado ser el carácter central de comerciales, cortometrajes y mensajes políticos. Una ilustración de ello es un video hecho por el escritor y periodista Ala Halihal, un ciudadano palestino israelí. En el corto, se muestra a una familia judía israelí visitando el barrio árabe de Wadi Nisnas en Haifa en búsqueda del Humus asli (Hummus auténtico). Luego de múltiples intentos por encontrar el sitio, se unen a un grupo de locales que llevan carteles con escritos: ´´2 platos para 2 pueblos´´ y ``dejen al Humus ganar´´ (frases muy conocidas en la izquierda y derecha israelí que hacen referencia al conflicto: ´2 estados para 2 pueblos ´y ´dejen a la paz ganar´). Finalmente las ansias de los participantes terminan calmándose con la llegada del delicioso plato.

Si bien resulta exagerado sostener que un plato de comida pueda acabar con un conflicto, es posible sostener que el Humus ha hecho una buena labor en despistarlo. ¡Dejemos al Humus ganar!

Estudiantes combinan el plato popular israelí Humus con su belleza, haciendo una muy buena publicidad creativa al turismo para Israel. Ver más en @HotDudesandHummus página de Instagram.

Amora (del arameo אמורא) significa "aquel que comunica" y los amoraím eran los maestros judíos que explicaban y analizaban la Torá oral al pueblo entre el 500 y 200 de la era corriente. Nuestro grupo pretende "comunicar" la realidad de la región del Oriente Medio y brindar mapas cognitivos que ayuden a comprenderla.
 

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