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Burkini Beach: el burkini como adaptación a la modernidad


Foto Crédito: Charles Fred, Flickr

Luego de algunas semanas de imágenes circulando por las redes sociales en las que se mostró a policías franceses retirando a mujeres musulmanas que de las playas de la Costa Azul debido a sus trajes de baño de cuerpo completo, la Corte Suprema Francesa decidió suspender la prohibición de los burkinis considerando esta medida como una violación a las libertades fundamentales.

Si bien esta noticia parece darle un final satisfactorio a un acto de discriminación religiosa perpetuado por el Estado Francés, existen muchos líderes que siguen mostrando gran oposición a dicha decision. Tal es el caso del ex presidente, Nicolás Sarkozy, quien ha decidido posicionarse como defensor de los valores franceses y a favor de políticas duras en temas de inmigración. En consonancia con ello, sostuvo que estaría dispuesto incluso a cambiar la constitución del país a fin de prohibir los Burkinis si llegase a ser re-electo como jefe de Estado el próximo abril: ´´Si esta prohibición decayera en inconstitucionalidad entonces cambiaríamos la constitución. Ya la hemos cambiado treinta veces, no sería ningún problema una más´´, señaló.

A decir verdad, esta sanción a los de trajes de baño viene dado como parte de la reaparición del debate sobre la vestimenta que ha tenido lugar en una serie de países occidentales en el último tiempo. En Alemania, por ejemplo, la gobernadora de la coalición conservadora, Angela Merkel ha propuesto volver ilegal el uso del velo islámico en escuelas, universidades y al conducir. En Canadá, por otra parte, una gran campaña en el 2015 buscó que durante las ceremonias estatales no se pueda usar el niqab.

El argumento detrás de quienes buscan legalizar la censura de este tipo de trajes femeninos en las playas de la república de la igualdad, libertad y fraternidad es que se trata de una ´´provocación`` y desafío al orden francés como explicó el vicealcade de Niza, Christian Estrosi. Además, unos treinta gobiernos locales lo han calificado como “contrario a los principios del secularismo´´. Finalmente, el alcalde de Cannes ha dicho que los burkinis son peligrosos ya que representan un “símbolo del extremismo islámico”.

Ciertamente este último punto ha sido el de mayor resonancia en la opinión pública. Y claro, cuando se enmcarca un razonamiento como este dentro un contexto híper sensible debido a una serie de atentados perpetuados por el Islam radical, la discusión se pone aún más caliente. No se puede olvidar que desde el ataque en las oficinas de la revista Charlie Hebdo en París que acabó con la vida de 12 personas a comienzos del año pasado hasta el 14 de Julio, día de la Bastilla en Niza, donde un terrorista atropelló con un camión durante 2km a una multitud dejando 84 víctimas y cientos de heridos, el fundamentalismo islámico se ha llevado la vida vida de más de 230 personas.

Sin embargo, si bien justificar la prohibición de los burkinis como medida contraterrorista parece reclutar más devotos a la propuesta, la realidad es que los especialistas consideran que estas legislaciones generan completamente lo contrario. Michael Leiter, ex director del Centro Nacional Americano Contra el Terrorismo, comentó que estas censuras generan divisiones en el país, volviéndolo más vulnerable a ataques terroristas. ´´Considero que pueden realmente causar divisiones y las divisiones son exactamente lo que ISIS puede sacar provecho”, mencionó.

Y es que, luego de ser expectadores de la humillación en la interacción entre la policía francesa y las bañistas musulmanas, más que una medida contra el terror pareció un torpe intento por invisivilizar la presencia islámica en el territorio.

Después de todo, en contra de lo que se cree, la historia del Burkini representa justamente un distanciamiento del fundamentalismo. En búsqueda de dar respuesta a aquellas personas que querían aprovechar las alternativas que el mundo moderno occidental proveía a la mujer del siglo XXI, en lugar de quedarse encerradas en sus hogares relegadas a la ortodoxia; en el 2004, Aheda Zanetti decidió diseñar el famoso Burkini. La idea se basó en la creación de un traje de baño para mujeres musulmanas que les permitiera disfrutar del verano como cualquier ciudadano pero manteniendo los aspectos tradicionales de la modestia islámica sin exponer el cuerpo totalmente.

Con todas las justificaciones al descubierto, no queda más que decir las cosas por su nombre: la prohibición de los burkinis es una muestra de violación del derecho de culto, de género y una transgresión a la libertad individual. No dejemos que los estigmas disfracen nuestras conciencias.

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